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Rankings, rankings y más rankings

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Fecha de publicación:

11/4/2019

¿Cansado/a de los rankings de siempre? Aquí una mirada a dos rankings “alternativos”.

Cada vez más, las universidades tienen como preocupación central velar por su posición en los rankings. El aparecer o no en un ranking suele verse como reflejo de la calidad de la institución. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar qué definición de “calidad” está implícita en los rankings que seguimos. No estamos hablando de la misma “calidad” de una universidad si es que medimos su desempeño en la investigación o en sus procesos de enseñanza-aprendizaje. Más aún, incluso si nos concentramos en estos últimos, no será igual si los observamos desde los conocimientos adquiridos por los estudiantes o desde su impacto en la empleabilidad. Así, podemos pensar tantos rankings como maneras de evaluar la “calidad” de una institución.

El impacto social de las universidades: un enfoque alternativo

Pues bien, medir el impacto de las universidades, no solo por la formación que brinda o por la investigación que realiza, sino, fundamentalmente, por su vinculación con la sociedad, representa un aspecto que va cobrando importancia tanto para autoridades como para docentes, investigadores e incluso los mismos estudiantes. Tal es así que el Times Higher Education ha elaborado sus “University Impact Rankings” que apuntan precisamente en esa dirección: medir el impacto de las universidades en su entorno.

La metodología de estos rankings se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y toma 11 de los 17 objetivos existentes. De este modo, dicha clasificación está constituida, en esta primera edición, por 11 rankings individuales, cuyo balance arroja un ranking general que agrupa distintos criterios. Los ODS seleccionados son los siguientes: 1) Salud y bienestar; 2) Educación de calidad; 3) Igualdad de género; 4) Trabajo decente y crecimiento económico; 5) Industria, innovación e infraestructura; 6) Reducción de las desigualdades; 7) Ciudades y comunidades sostenibles; 8) Producción y consumo responsables; 9) Acción por el clima; 10) Paz, justicia e instituciones sólidas; y 11) Alianzas para lograr los objetivos.

Las áreas en las que se evaluó cada uno de estos aspectos fueron la producción de investigación, la divulgación y la gestión de las universidades; es decir, no basta con que hayan publicado investigaciones académicas relacionadas con los ODS, sino que hagan esfuerzos por divulgarlos y que además exista coherencia con la forma en que se gestiona y se vincula la universidad con su entorno social, cultural, laboral y ambiental. Para cada ODS, se determinó un conjunto de indicadores que han debido ser reportados por cada universidad a fin de que sean ponderados. El puntaje general se ha obtenido tomando los tres ODS con mayor puntaje de cada universidad; a cada uno de ellos se le asignó un peso de 26% del puntaje final. De este modo, los aspectos que son evaluados en cada universidad dependerán del enfoque que cada una haya querido priorizar. El 22% restante constituye el puntaje del ODS “Alianzas para lograr los objetivos”, que ha sido considerado fundamental para todas las universidades.

Los resultados de este ranking son muy interesantes, en tanto que las universidades que lo encabezan difieren mucho de las universidades “top” que suelen encabezar la larga lista de rankings más convencionales (ver nota previa). El primer lugar del ranking general es ocupado por la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), seguida por dos universidades canadienses (McMaster y British Columbia) y otras dos universidades británicas (Manchester y King’s College London). En sexto lugar, la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y, empatadas en el sétimo lugar, el KTH Royal Institute of Technology (Suecia) y la Universidad de Montreal (Canadá). Cierran el “top 10” la Universidad de Bolonia (Italia) y la Universidad de Hong Kong.

Explorando más a fondo la lista, encontramos representación de países latinoamericanos como Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela, entre los cuales la mejor ubicada es la Universidad Andrés Bello (Chile), en el puesto 56°. Del Perú, la mejor ubicada en el ranking general es la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (en el rango de 201-300), y en la cola se encuentran la Universidad Científica del Sur, la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la PUCP, todas ellas ubicadas detrás del puesto 300°. Los mejores puntajes de la PUCP se lograron en los ODS “Educación de calidad” (puesto 89°), “Igualdad de género” (entre los puestos 101-200) e “Industria, innovación e infraestructura” (entre los puestos 201-300), mientras que en “Alianzas para lograr objetivos” se ubicó en el rango de 201-300.

¿Y si vemos más allá de las universidades?

Mención aparte merece el “Ranking of National Higher Education Systems”, elaborado por Universitas 21 (U21), que este año presenta su octava edición. En lugar de observar a cada universidad individualmente, esta clasificación evalúa, a través de un paquete de 24 indicadores, cincuenta sistemas nacionales de educación superior. El ranking está compuesto por cuatro módulos: 1) Recursos; 2) Entorno; 3) Conectividad; y 4) Producción (Output). Una ponderación de los cuatro módulos da como resultado el ranking general.

Los primeros puestos de este año no son muy distintos a los del año anterior: EE.UU. se mantiene en el primer puesto seguido por Suiza, el Reino Unido, Suecia y Dinamarca, quienes también mantienen su ubicación del año pasado. En el sexto puesto, se encuentra Canadá, seguida por Singapur, Australia, Finlandia y los Países Bajos, cerrando el “top 10”. De los países latinoamericanos, forman parte del ranking Chile, Argentina, Brasil y México, en los puestos 32°, 38°, 40° y 47°, respectivamente. Según la metodología, todas las medidas son estandarizadas para el tamaño de la población, de modo que puedan ser comparables entre sí.

Sin embargo, una clasificación complementaria, elaborada con las mismas mediciones, pero ajustándolas según el PBI per cápita de cada país, arroja resultados bastante distintos. En este segundo ranking, el primer lugar lo ocupa el Reino Unido, seguido por Finlandia, Serbia, Sudáfrica y Dinamarca. En el sexto lugar, se encuentra Canadá, seguida por Suecia, Nueva Zelanda, Suiza y Australia. De los países latinoamericanos, Brasil ocupa el puesto 25°; Chile, el 32°, Argentina, el 38° y México el 49°.

Los dos ejemplos que hemos presentado demuestran que es posible pensar “fuera de la caja” en materia de rankings, que estos son capaces de generar reflexiones útiles para las universidades más allá de sus actividades tradicionales, y que es necesario ampliar el horizonte de nuestra visión hacia el conjunto del sistema universitario del que formamos parte. En un momento en que la métrica cobra cada vez mayor importancia en la gestión universitaria y que los rankings parecen estar aquí para quedarse, es alentador que haya instituciones que proponen metodologías innovadoras y que apuestan por apuntar el reflector hacia aquellas cosas que con frecuencia perdemos de vista.

Fuentes:


Aviso: Los contenidos de este boletín sintetizan la información y los debates tomados de los medios de comunicación y las investigaciones que se citan al pie. Su contenido no refleja necesariamente la opinión del Vicerrectorado Académico de la PUCP.


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