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Fecha de publicación:
14/7/2021
Con el cierre de los centros educativos y la entrada de la educación virtual, los docentes se enfrentaron a una gran pregunta: ¿cómo enseñar y evaluar a distancia?. Los días pasaban y no había tiempo para sentarse a reflexionar sobre cuál es el sentido y la intención de evaluar en un nuevo contexto; por lo que muchos optaron -rápidamente- por replicar las estrategias que empleaban en la presencialidad, apoyándose en la tecnología.
Conforme han ido avanzando los meses, los profesores han ido aprendiendo -junto con sus alumnos- nuevas metodologías para la evaluación, han adoptado nuevos roles y han analizado sus estrategias. Sin embargo, a casi dos años de la pandemia, todavía hay muchas dudas por resolver y expectativas por el futuro.
Es por ello que “Diálogos”, una iniciativa impulsada por el Observatorio del Tecnológico de Monterrey, la Oficina de Nuevas Tendencias Educativas del Vicerrectorado Académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y el Observatorio de Tendencias del E-Learn Center de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), enfocó su última edición en los cambios, las nuevas herramientas y los retos futuros de la evaluación en línea.
En esta oportunidad se contó con la participación de las especialistas Katherina Gallardo, Directora del Programa de Doctorado en Innovación Educativa del Tec de Monterrey, Cecilia Ferreyra Jefa del Área de Formación Docente del Instituto de Docencia Universitaria de la PUCP y Nati Cabrera Directora del Máster Universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad de la Educación Superior de la UOC.
¿Qué cambios ha implicado la evaluación virtual? Katherina Gallardo responde que, es importante que no se pierda de vista la intención de la evaluación, es decir cuales son las metas de aprendizaje que queremos lograr con los alumnos. Por otro lado, mencionó que hay dos grandes cambios que se han visto con la virtualidad: los instrumentos que se usan y la planeación.
Sobre este último punto, la especialista aclara que el docente necesita hacer elecciones sobre las mejores formas y herramientas a usar para lograr los objetivos de aprendizaje y así generar una retroalimentación efectiva con el alumno.
Por su parte, Cecilia Ferreya señala que también han cambiado las condiciones de la evaluación pues ya no existe el aula presencial y no se pueden regular las características de este ambiente porque el espacio de cada estudiante es distinto. En esa línea, el reto es conocer esa diversidad y atenderla porque no está dentro de nuestro control modificarla.
La evaluación -indica- no tiene que ser necesariamente una posición de control o de autoridad de un docente hacia un estudiante pues la evaluación es un proceso que trasciende al profesor quien es un gran tomador de decisiones.
Para Nati Cabrera, la evaluación a distancia ha cambiado el rol del estudiante. Ha dejado de ser ese elemento pasivo y se ha convertido en protagonista. Por ello, hay que repensar la evaluación y ver si están surgiendo oportunidades interesantes tanto en los espacios híbridos (que combinan la presencialidad con la virtualidad) como en prácticas online.
Las tres especialistas recomiendan a los docentes a enfocar sus esfuerzos en:
La función acreditativa de la evaluación no va a desaparecer. El reto -coinciden las tres especialistas- está en transformar la conceptualización de lo cultural para que sea un proceso ético, teniendo en cuenta la diversidad de la realidad de los estudiantes. En esa línea, los cambios tienen que avanzar de manera paulatina.
Agregan que es necesario abrir la evaluación, construir y diseñar junto con los estudiantes los criterios a emplear. Además, los profesores deben hacer que este proceso sea transparente y voluntario, lo que implica mostrar los logros y resultados con los estudiantes y entre colegas. Esto último es importante ya que los docentes deben seguir teniendo espacios para la reflexión y para compartir experiencias.