Innovación y prospectiva

MOOC's: de la esperanza a la reconversión

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Fecha de publicación:

9/5/2019

Cursos online abandonan la masividad.

Los MOOC’s (Massive Online Open Courses) irrumpieron el escenario educativo y se proyectaron como una alternativa prometedora para hacer negocio y transformar completamente el panorama de la educación superior a nivel mundial, pues se pensó iban a facilitar el acceso masivo de estudiantes a la universidad independientemente de su estatus económico, social, político o cultural, o al menos esa era la misión inicial a inicios de la década cuando se desarrollaron los primeros cursos de edX. Sin embargo, este tipo de innovación educativa no ha logrado al parecer hacer honor a la primera letra de sus iniciales (“M” de masivo en inglés), y sus promotores han tenido que cambiar su modelo de negocio para sobrevivir.

Un artículo de dos investigadores del MIT publicado en Science analiza su desarrollo en los últimos seis años y señala que los usuarios rara vez fueron estudiantes de los cursos iniciales de pregrado, la mayoría tenía algún grado de educación post secundaria; no provenían ni de grupos ni de países de bajos recursos, casi la totalidad era de países de primer mundo; no resultaba una modalidad atractiva para seguir toda una carrera, la  mayoría se no tomaba otro curso luego de un año; y, finalmente, tanto las tasas de certificación como las de permanencia estuvieron por debajo de lo esperado, lo que debilitó el esquema de financiamiento.

Por otro lado, las matrículas presenciales no disminuyeron y el menor número de promovidos en los cursos online afectó la trayectoria de los estudiantes. En consecuencia, las MOOC’s no contribuyeron ni a bajar los costos de la enseñanza universitaria ni a incrementar la matrícula en educación superior.

Los intentos por innovar en el modelo inicial, particularmente en el caso de edX, ofrecían certificaciones a bajo costo, comentarios y correcciones a los trabajos presentados, mensajes, consejos y sugerencias para futuras asignaciones, así como la posibilidad de acceder de manera ilimitada a las tareas y materiales incluidos en el curso, lo que mejoró el servicio, pero no fue suficiente para aumentar el número de usuarios.

Tanto edX como, un poco antes sus competidores (FutureLearn y Coursera, entre otras), se articularon con universidades ofreciendo cursos válidos dentro de los planes de estudio o inclusive ofreciendo la totalidad de los cursos de pregrado de manera virtual. De esta manera, el financiamiento y la baja participación de alumnos en los cursos online pasaría a ser un problema del que no solo se encargue el proveedor web, sino también las propias universidades que contratan sus servicios.

Cada vez más estas plataformas funcionan como un servicio destinado a complementar algunas funciones o actividades de las universidades, facilitando la evaluación de tareas y exámenes y brindando servicios educativos específicos y especializados. También, están incursionando fuertemente en brindar programas de maestría en algunos campos que aseguren el retorno de la inversión, como ciencia de datos, programación, negocios, y carreras afines.

La lección que sacan los autores del estudio es que, en primer término, son precisamente los estudiantes más jóvenes y de grupos socioeconómicos menos favorecidos los que más requieren un apoyo directo y presencial, por tanto, propuestas que combinen la enseñanza online con la presencial pueden tener mejores resultados. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que las tecnologías por sí mismas no tienen el poder de cambiar las cosas y lo que suele ocurrir con estas es que se adaptan a la cultura educativa dominante, de manera que si en el futuro se quiere que los próximos saltos tecnológicos (blockchain, inteligencia artificial y realidad aumentada) impacten de mejor manera en los procesos de enseñanza y aprendizaje se requiere compromiso de parte de las autoridades no solo para respaldarlas en el largo plazo, además de contar con el financiamiento suficiente y necesario. Para el profesor Reich, uno de los autores de la investigación, la tecnología no puede suplir la falta de inversión pública en educación. Lograr el acceso universal es un asunto político.

Innovación educativa a la peruana

En el caso peruano, de acuerdo con la ley 30220 (Art. 47) no puede haber formación universitaria totalmente a distancia. En el caso de pregrado, el 50% de los créditos deben ser presenciales; y, en el caso de posgrado, deben tener un componente presencial.

En la PUCP, luego de experimentar con la virtualización de cursos de la malla curricular de algunas carreras, la oferta online se ha concentrado en educación continua, diplomados y en los posgrados de Centrum (la escuela de negocios) en los que en cumplimiento de la ley universitaria se combinan con actividades presenciales. La USMP, además de diplomas y posgrados, ofrece tres carreras de pregrado en la modalidad semipresencial (Educación, Contabilidad y Finanzas, y Economía).

Fuentes:

Documento:


Aviso: Los contenidos de este boletín sintetizan la información y los debates tomados de los medios de comunicación y las investigaciones que se citan al pie. Su contenido no refleja necesariamente la opinión del Vicerrectorado Académico de la PUCP.


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