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Fecha de publicación:
22/8/2019
La migración ha sido una de las temáticas principales de estudio social en el Perú desde la segunda mitad del siglo XX. Tomando como evidencia la significativa urbanización de la población durante esta época, Gustavo Yamada asegura que el proceso de migración más importante fue el interno, guiado por causas tan diversas como la búsqueda de oportunidades laborales y la huida de la violencia política; este proceso representa actualmente la situación de 7 millones de peruanos. Desde esta época que se ha producido una expansión económica sustancial en el país, mientras que también se ha generado una expansión gigantesca de la población universitaria y la oferta de educación superior, una tendencia mundial que ha tenido gran eco en el Perú. En este contexto, resulta relevante explorar la situación de la migración educativa y, específicamente, universitaria, pues se visibiliza su masividad a través de las tendencias actuales.
En el último documento de trabajo publicado en la página del Vicerrectorado, se explora el perfil sociodemográfico de los estudiantes con experiencia de migración tanto anterior a la graduación de secundaria como posterior y tanto dentro de su región como interregionalmente. Se comparan las principales diferencias entre estudiantes “locales” y migrantes, así como entre los distintos niveles socioeconómicos de los estudiantes migrantes. Estos perfiles incluyen características personales tales como sexo, edad y origen; familiares tales como nivel socioeconómico y ocupación de padres; universitarias como condición jurídica de universidades y carreras elegidas; y de vida económica como financiamiento de estudios y trabajo remunerado. Además, en el caso de los estudiantes migrantes, se describen las características de su ruta migratoria. Por otro lado, analizar la forma en que los estudiantes universitarios se mueven alrededor del territorio es clave para entender las centralidades que se forman alrededor de la educación superior. Para este fin, se arman perfiles departamentales basados en la cantidad de emigración de estudiantes universitarios y los destinos que los atraen. El caso cusqueño, además, es investigado a mayor profundidad para ejemplificar las dinámicas macrorregionales existentes en el movimiento de universitarios. Todas las cifras utilizadas se basan en el Censo Universitario del 2010.
Entre las principales diferencias entre estudiantes migrantes y locales se encuentra tanto la edad de ingreso y la edad promedio de los universitarios, y su situación económica/laboral. Los estudiantes migrantes son mayores que sus pares locales por casi un año y tienen en general condiciones económicas más precarias. Las familias de los migrantes tienen un componente de transición rural-urbano que se muestra en una menor migración de las mujeres, mayor presencia indígena y vocaciones sesgadas hacia las carreras productivas que se corresponden con ocupaciones de los padres (agricultores, obreros, construcción, peones). Mientras tanto, las diferencias entre el grupo migrante según nivel socioeconómico son más profundas. Se nota que el tercio migrante de mayor NSE mantiene grandes similitudes con el perfil de los estudiantes locales y está asociado a la migración entre departamentos, mientras que el tercio inferior, a la migración dentro de su departamento de origen. Sin embargo, en Puno, San Martín y Cusco la ruta secundaria intradepartamental sí mantiene un nivel socioeconómico mayor al promedio; esto puede deberse a la legitimidad de las instituciones educativas en la provincia capital.
Además, la migración dentro del mismo departamento tiene una naturaleza más tardía (después de la graduación de secundaria) a diferencia de la migración interdepartamental que se da también en gran parte antes del término del colegio. En la medida que la educación es una apuesta familiar de movilidad intergeneracional, se envía a los hijos a estudiar secundaria en un lugar que consideran más apropiado y donde la red de parentesco pueda ampararlos. La solución más exitosa es lograr que la secundaria se termine en la misma provincia en la que se ubica la universidad, pero vemos que no es necesariamente la más frecuente para los más pobres.
Finalmente, los principales nodos de atracción alternativos a Lima son costeros: i) el eje Lambayeque – La Libertad, que atrae estudiantes en proporción importante de seis departamentos nororientales y, ii) Arequipa, como importante nodo del sur oriente. Se encuentran, asimismo, cuencas medianas en la sierra sur con los nodos educativos de Cusco y Puno, los cuales atraen población de Arequipa, Apurímac y Madre de Dios; y en la sierra central con los departamentos de Junín y Huánuco, que atraen migración de San Martín, Ucayali, Pasco y Huancavelica. Para el 2019, se han dado cambios importantes en el panorama educativo. En Amazonas, por ejemplo, dos nuevas universidades se fundaron desde el 2010 y una más en Huancavelica. Estas fueron las dos provincias con mayor “expulsión” interdepartamental. Pasco ocupa el tercer puesto y no se han fundado universidades nuevas en esta región, pero sí se ha creado una nueva en el cuarto puesto: Cajamarca. De las 42 universidades creadas desde este censo, la mayoría se concentran en Lima, Cusco y Arequipa, nodos educativos ya establecidos.
