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Fecha de publicación:
21/5/2025
La inteligencia artificial ya es una realidad en nuestras universidades y está transformando los procesos de enseñanza y aprendizaje. Ante este escenario, ¿cómo están respondiendo las instituciones de educación superior? En un diálogo interdisciplinario, tres especialistas: Héctor Ríos, líder de experimentación e innovación educativa del Tec de Monterrey; Robert Clarisó, coordinador del grupo de trabajo en inteligencia artificial en la educación de la UOC; y Patricia Escobar, directora del Instituto de Docencia Universitaria de la PUCP; compartieron sus perspectivas y estrategias para formar a los docentes frente a los retos y oportunidades que plantea esta tecnología en el ámbito académico.
Desde la formación docente hasta el rediseño curricular y la modernización administrativa, las instituciones de educación superior apuestan por una implementación crítica, ética e innovadora de la inteligencia artificial.
Héctor Ríos explicó que en el Tec de Monterrey la inteligencia artificial (IA) está siendo integrada tanto en los planes de estudio como en la práctica docente. Subrayó que más allá de utilizar la IA como herramienta pedagógica, es fundamental preparar a los estudiantes para un entorno laboral que estará profundamente transformado por esta tecnología. Esto ha llevado a replantear contenidos curriculares y competencias clave.
Además, destacó que la universidad ha puesto en marcha programas piloto y el desarrollo de habilitadores propios que repliquen las experiencias y que ayuden a optimizar procesos administrativos repetitivos. Estas acciones no solo buscan eficiencia, sino también fomentar un ecosistema de innovación tecnológica desde dentro de la institución.
También remarcó que el papel del profesorado es crucial: entender y dominar el uso de la IA será esencial para su integración efectiva y responsable en la enseñanza. También insistió en la necesidad de socializar su impacto, tanto en entornos educativos como laborales, con toda la comunidad universitaria.
Robert Clarisó indicó que la UOC está abordando la integración de la IA generativa desde una estrategia amplia que incluye formación, normativa y experimentación. Enfatizó la importancia de que todos los miembros de la comunidad universitaria —estudiantes y docentes— adquieran competencias básicas para usar la IA de manera crítica. Para ello, la universidad ha incorporado esta temática en sus planes de estudio y ofrece talleres internos para el profesorado.
En paralelo, trabajan en la creación de marcos normativos que definan cuándo y cómo puede usarse la IA, y están ejecutando pilotos con múltiples herramientas tecnológicas. En el ámbito administrativo, Clarisó resaltó casos concretos como el uso de IA para agilizar procesos de convalidación de estudios, que suelen ser complejos y manuales. Sin embargo, dejó claro que todo uso de esta tecnología debe estar acompañado de supervisión humana, especialmente cuando se trata de decisiones sensibles.
Patricia Escobar remarcó que la PUCP ha asumido la integración de la IA como un esfuerzo institucional articulado entre sus tres vicerrectorados: académico, administrativo y de investigación. Desde el ámbito académico, se han impulsado campañas como Sé íntegro, sé grande para promover el uso ético y responsable de la IA entre estudiantes. Asimismo, se ha acompañado a los docentes a través de programas formativos, espacios de diálogo y experiencias colaborativas como el IDU Lab, talleres y cafés docentes donde pueden aprender sobre las herramientas, explorar y compartir experiencias.
Desde el vicerrectorado administrativo, se trabaja en la modernización de procesos mediante la Oficina de Transformación Digital, y en el plano de la investigación, se cuenta con un grupo especializado de investigación en inteligencia artificial que estudia sus aplicaciones en la universidad. Escobar resaltó que esta estrategia integral no busca prohibir el uso de IA, sino incorporar de manera consciente y responsable en todos los niveles institucionales.
Patricia Escobar señaló que hace dos años, a partir del evento institucional Aula Magna, la PUCP inició un proceso planificado para formar a sus docentes en el uso de la IA. Desde entonces, el Instituto de Docencia Universitaria ha diseñado una ruta formativa llamada Tecnología IA para la innovación en la docencia universitaria, que incluye talleres introductorios y espacios de diálogo como aulas abiertas y cafés docentes. Estas iniciativas buscan no solo brindar conocimientos, sino también motivar a quienes aún muestran reticencia a utilizar la IA, fomentando el intercambio de buenas prácticas y la construcción de una comunidad de aprendizaje docente especializada en inteligencia artificial.
Robert Clarisó destacó que la UOC está en un proceso similar de exploración, intentando definir qué usos de la IA son adecuados y cuáles podrían considerarse malas prácticas, tanto por parte de estudiantes como de profesores. En este sentido, identificó dos escenarios que no serían deseables: primero, la suplantación de la interacción directa entre estudiante y docente, donde una IA respondería en lugar del profesor; y segundo, la automatización completa de la calificación y retroalimentación, delegando totalmente estas funciones en la inteligencia artificial. Aunque reconoció que la IA puede ser un apoyo valioso, por ejemplo, en cursos con alta demanda o para ofrecer asistencia continua en horarios extendidos, enfatizó la importancia de mantener la supervisión y el contacto humano en los procesos de enseñanza y evaluación.
Héctor Ríos explicó que en el TEC de Monterrey cuentan con un centro dedicado al desarrollo docente y la innovación educativa, lo que facilitó la integración de la IA en la enseñanza. Desde hace dos años y medio, han implementado un proceso estructurado que inicia con la socialización y exploración de las herramientas, seguido de una formación que aborda cuatro ejes: comprensión de la IA generativa, uso eficiente, ética y aplicación práctica en la enseñanza y en las disciplinas. Además, organizan charlas, podcasts y programas piloto, incluyendo un summit de IA, para apoyar a los docentes en la adopción y desarrollo de buenas prácticas, así como en superar resistencias y obstáculos. Héctor destacó que, aunque han avanzado, el proceso debe adaptarse constantemente ante la rápida evolución tecnológica.
Para cerrar el diálogo, cada ponente habló sobre su visión y recomendaciones respecto al futuro de la inteligencia artificial en el ámbito educativo:
Robert Clarisó enfatizó la importancia de mantener la flexibilidad institucional en la implementación de la IA. Advirtió sobre el riesgo de establecer normativas generales que no consideren las particularidades de cada disciplina. Propuso que las políticas y herramientas relacionadas con IA puedan adaptarse a las necesidades específicas de cada contexto académico. Además, resaltó la necesidad de fomentar espacios de intercambio de buenas prácticas, para evitar que los avances en el uso de IA se queden aislados en ciertas asignaturas o grupos y, en cambio, se compartan a nivel institucional.
Patricia Escobar recordó que la IA ya no es una moda, sino una realidad consolidada que debe ser entendida como una herramienta complementaria y no como un reemplazo del trabajo docente. Destacó su potencial para cerrar brechas educativas y generar nuevas oportunidades de aprendizaje, siempre que se utilice de forma ética, transparente y documentada. Imaginó un futuro donde la IA funcione como un aliado estratégico del profesorado, ayudando en tareas como la retroalimentación, evaluación y diseño de recursos. También coincidió con Robert en la importancia de construir una comunidad de aprendizaje en torno a la IA, que motive e inspire a otros docentes.
Héctor Ríos, por su parte, alertó sobre el peligro de entusiasmarnos en exceso con la IA, si es que empieza a ser utilizada sin una dirección clara o un propósito pedagógico bien definido. Coincidió con Patricia en que debemos verla como una herramienta al servicio de la resolución de problemas, útil en el presente y con potencial para afrontar desafíos futuros aún no identificados. Invitó a no perder de vista esta perspectiva práctica y humana, y a evitar caer en una visión futurista descontextualizada. Enfatizó que el foco debe estar en cómo la IA puede mejorar la vida humana y educativa, más que en cuándo llegarán determinados escenarios tecnológicos.
En conjunto, los ponentes coincidieron en que el camino hacia la integración de la IA debe ser ético, flexible, colaborativo y centrado en el aprendizaje, involucrando a la comunidad universitaria.
Se invita a ver el diálogo completo haciendo clic en el video ubicado en la parte superior de este artículo y a seguir nuestras redes para enterarte de las próximas ediciones de Diálogos para el futuro de la educación.